Sacrificarse por la empresa familiar

¿Hay que sacrificarse por amor? Amor a la pareja, los hijos, los padres, la empresa, el trabajo..

Según lo que entiendas por sacrificio, me podrías decir. Según la RAE sacrificio es un acto de abnegación inspirado por la vehemencia del amor. O bien una acción a que alguien se sujeta con gran repugnancia por consideraciones que a ello le mueven. Qué definición más poética

Llámalo sacrificarse, ceder, callar cuando me surge hablar (y tengo muuucho que decir), actuar con abnegación aunque no reciba reconocimiento o recompensa a cambio.

Saber ceder forma parte del equilibrio en las relaciones, de la danza del amor, como lo llamaba mi maestro de terapia #Jose Antonio Ríos.

¿Y cómo sé si estoy cediendo demasiado en la empresa familiar?

  1. Atendiendo mi propia gestión emocional, observándome si he encajado bien aquello por lo que he cedido o al contrario, me quedo dándole vueltas todo el día “tendría que haber dicho esto o lo haber hecho aquello” con nervios y ansiedad. O por el contrario decido ceder con aplomo y físicamente me noto tranquilo.
  2. Observando si puedo exponer mis necesidades y puntos de vista con claridad a la otra persona, y que el otro me da espacio para hablarlo, entenderme y considera a veces ceder él.

¿Qué ocurre en la familia que es propietaria del negocio?

  • En las familias el equilibrio en las relaciones familiares con se forja con contrapesos. Si hay miembros en la familia que no saben ceder es a costa de otros que ceden.
  • A veces como padres, por evitar discusiones entre hermanos, animamos, y esperamos que sea el hermano a quien menos le cueste ceder que lo haga. Venga “hazlo por el bien de todos”. Esto puede forjar relaciones desiguales entre los hermanos
  • Cuando estos hermanos, de adultos, trabajan juntos en la empresa o bien tienen que acordar el cuidado de sus padres mayores es cuando tienen que aprender ese difícil arte de pedir, escuchar y ceder.

Si te sientes identificado, bienvenido al club de los sacrificados!

En muchas familias llevan un peso bestial en sus hombros, y cuando no pueden con ello e intentan dejar se sostenerlo el sistema no se lo pone fácil. Porque las cosas han funcionado bien hasta ahora, ¿por qué cambiar?

Porque cada cambio es una oportunidad.