El mayor reto de toda empresa familiar: la transición del liderazgo entre generaciones

La transición en el liderazgo de la empresa familiar

Con frecuencia escucho hablar de la sucesión generacional, cuando lo que sucede realmente en el entorno empresarial, es una transición.

La sucesión de generaciones es un hecho que se da con frecuencia en las empresas familiares cuando hay continuidad de la familia en la empresa.

La transición en el liderazgo de la empresa entre una generación y otra es un proceso y para que tenga éxito empresarial, debe ser gradual.

La confianza de la organización y sus stakeholders (empleados, accionistas, clientes, proveedores, etc.) está puesta en una persona, que debe ceder el testigo del liderazgo. Cediendo el testigo del liderazgo debe garantizar a la organización que el nuevo líder comparte sus valores y está preparado para ello con el fin de generar confianza.

El nuevo líder lleva sobre sus hombros el peso del legado, las expectativas de su familia y de toda la organización además de la responsabilidad por asumir el mando de la organización empresarial.

El líder que cede el testigo siente vértigo ante el cambio, temor a no ser reconocido o tenido en cuenta e incertidumbre ante sus nuevas actividades y la organización de sus ingresos.

El sucesor y el sucedido tienen necesidades e intereses distintos y legítimos. Es vital que sean conscientes de ello y que puedan tenderse la mano.

La convivencia de las distintas generaciones en la empresa

En la empresa familiar conviven al menos dos generaciones familiares.

Personas con momentos vitales muy distintos, pudiendo darse un binomio entre tradición e innovación, si se escucha a los jóvenes, o bien un choque entre generaciones cuando se cuestionan actitudes y valores, que son propios del cambio de una sociedad que se observa en las nuevas generaciones.

Como ejemplo, la flexibilización horaria, la irrupción del teletrabajo o la inclusión del ocio en la vida como una necesidad de equilibrio vital, son propias de una sociedad que evoluciona. Y he sido testigo recientemente de una familia empresaria que es cliente, de las demandas de “los jóvenes” que no eran partidarios de seguir trabajando el sábado como sus mayores.

La transición generacional es ordenada cuando la familia propietaria de la empresa se reúne para reflexionar sobre ello y establece un plan de acción.

Este plan de acción dependerá de si hay o no candidatos en la familia para traspasar el testigo o no, y si los hay, si están trabajando ya en el negocio o no. Depende mucho también de si la siguiente generación son hermanos o primos, y el número de miembros dependiendo del tamaño de la familia.

Todos estos aspectos hacen que la transición generacional sea más o menos compleja.

Cuando la familia es grande y cuando la siguiente generación está compuesta por primos es vital tomar decisiones con tiempo y cuidar con mimo la transición generacional.

Para ello recomiendo establecer un espacio en el que las nuevas generaciones, generalmente a partir de los 18 años, empiezan a ser informados sobre las actividades de la empresa.

Estas reuniones, que con frecuencia se combinan con actos lúdicos, tienen los siguientes objetivos:

  • Que conozcan la empresa y sean conscientes de la responsabilidad que implica el legado. Serán los accionistas del futuro.
  • Motivar a las nuevas generaciones a interesarse por la actividad del grupo empresarial familiar para que sientan orgullo de pertenencia.
  • Informar de los requisitos de formación y experiencia con que deberán contar para ser trabajadores de la empresa, si en el futuro les interesa esta opción.